Por: Pascasie Musabyemungu, CRS Rwanda
Este artículo se apoya en la Doctrina Social Católica como la base de la labor con la Iglesia y trata de la manera en que las relaciones entre CRS Rwanda y los socios de la Iglesia pusieron de manifiesto la subsidiariedad y la reciprocidad en el logro de los principales hitos de un proyecto de fortalecimiento institucional de la Iglesia.Durante los últimos nueve años, CRS Rwanda y la Iglesia en todo el país han establecido una asociación única centrada en la profesionalización de los sistemas de gestión y el fortalecimiento de las estructuras de rendición de cuentas en varios niveles de la estructura de la Iglesia.
Actualmente, la Iglesia Católica en Rwanda cuenta con nueve diócesis, 189 parroquias que agrupan a 980 subparroquias y alrededor de 29.000 comunidades eclesiásticas básicas. La asociación integra las nueve diócesis en diferentes grados.
El enfoque técnico de CRS consiste en la creación de una hoja de ruta conjunta, que se aplica mediante un ciclo de reflexiones internas y externas, evaluaciones y divulgación de los resultados de las evaluaciones; la jerarquización de las etapas subsiguientes, la elaboración de planes de sostenibilidad y la adaptación y la prestación de servicios de asesoramiento en forma continua. Este enfoque ha dado lugar a planes estratégicos a largo plazo, que son realistas y compatibles con la visión de la Iglesia.
En términos generales, CRS contribuyó con apoyo financiero y conocimientos técnicos para la planificación, la presentación de informes y la gestión de los recursos humanos y financieros y de los activos; mientras que las diócesis, por su parte, contribuyeron proporcionando oficinas, salas de conferencia y alojamiento para los sacerdotes durante las capacitaciones. Esta colaboración ha incrementado la eficacia en función de los costos frente a la actividad de CRS de impartir directamente capacitaciones a distintos niveles.
A lo largo de ese proceso, CRS Rwanda llevó a cabo actividades de fomento de las capacidades y de acompañamiento en varios niveles para funcionarios y equipos de la Iglesia nacional, adaptando al mismo tiempo el asesoramiento en materia de gestión de conformidad con las necesidades particulares de la diócesis. Para los otros niveles se recrearon los talleres, las capacitaciones, las reuniones y las formaciones en el empleo. Las diócesis de la Iglesia replicaron las evaluaciones y las capacitaciones con miras a uniformizar la gestión en todas las comisiones, parroquias, subparroquias, escuelas, centros de salud y unidades de generación de ingresos. El impacto institucional del fortalecimiento de las capacidades es tangible en diferentes niveles de las nueve diócesis de Rwanda.
En el marco de sus actividades de divulgación, la diócesis de Kibungo contrató a un agrónomo para que se encargue de la ejecución de los proyectos agrícolas de la diócesis. Los cultivos que de preferencia se plantarán en las tierras de la Iglesia son frijoles, ricos en vitamina A, sorgo, arroz, maíz y semillas de soja. Para atender mejor a los beneficiarios de la diócesis, una parte de su tierra se cedió gratuitamente a agricultores locales que no poseían tierras. El agrónomo de la diócesis y los agricultores alcanzaron un acuerdo mutuo respecto de los cultivos que se plantarían en las tierras de la Iglesia. El agrónomo sigue estando a cargo de supervisar a los agricultores, para velar por el buen uso de la tierra y asegurarse de que los agricultores recojan una cosecha importante. Gracias a la exitosa cosecha de 28 hectáreas, 254 familias de la diócesis ahora pueden cubrir muchas de sus necesidades básicas, incluido el abastecimiento de alimentos, la atención médica básica y un porcentaje de los costos de escolaridad de sus hijos. Cada temporada de cultivo produce una cosecha de aproximadamente 18.200 kg de semillas de soja, 22.400 kg de sorgo y 26.200 kg de maíz.
Las comisiones de la diócesis de Cyangugu trabajan en distintos lugares. La diócesis se concentró en zonas amplias en las que no se atendía a los beneficiarios de la mejor manera posible. Los beneficios y las ganancias del personal del hospital y las instalaciones sanitarias de la diócesis que trabajan en sinergia con sus sacerdotes supervisores permitieron a la diócesis construir un nuevo centro de salud en la parroquia de Nyakabuye, valorado en más de 45 millones de RWF (US$50.000). La población que se beneficia de estas instalaciones de salud prefiere tratarse en centros de salud y en el único hospital de Mibirizi, dirigido por la diócesis. Este centro de salud redujo la distancia con respecto al centro de salud más cercano en más de 5 km para más de 500.000 personas. Antes de su construcción, esas personas debían desplazarse mucho más lejos, a las montañas altas, para acceder a otros centros de salud. Al mismo tiempo, ese centro brindó oportunidades laborales a más de 25 agentes. Además, las instalaciones sanitarias de la Iglesia católica han mejorado su imagen de servicios de calidad en sus centros de salud.
También cabe destacar que la gestión mejorada de los servicios de salud ha permitido al Hospital de Mibirizi construir nueva infraestructura. Se mudó a otro emplazamiento valorado en más de 40 millones de RWF (US$43.700). Ahora están en condiciones de ofrecer servicios de calidad a 300.000 pacientes y coordinar otras 11 instalaciones sanitarias.
Estos resultados se lograron solo por medio del cultivo esmerado de la asociación y un enfoque explícito hacia la reflexión, la comunicación abierta y la “negociación equitativa” cuando se plantean dificultades e incertidumbres, como la gestión de los cambios en los recursos financieros anuales. Los gerentes de CRS demostraron de varias maneras su compromiso profundo con esta relación, permaneciendo flexibles en el proceso para responder a las necesidades expresadas por los funcionarios de la Iglesia.
Gracias a la calidad de la asociación y una relación de acompañamiento los funcionarios de la Iglesia mantuvieron el sentido de identificación durante todas las etapas de la evaluación, la planificación estratégica, el desarrollo de herramientas y la puesta en funcionamiento. Ello dio lugar a un aumento progresivo de la mejora continua y la autosuficiencia. Además, los funcionarios de la Iglesia capacitaron a otros funcionarios y sacerdotes dentro de sus diócesis en materia de prácticas de gestión. En el futuro, los funcionarios dirigirán los procesos de reforma de la gestión en la estructura de la Iglesia, que será un proceso más lento, pero más sostenible y viable que hacer que CRS asuma el liderazgo en todas las diócesis.